Santa Rosa de Agua: Entre palafitos y manglares

A orillas del Lago de Maracaibo hace vida una de las culturas aborígenes, existente desde antes de la colonia. Una comunidad que, aunque tocados un poco por el modernismo en el que vivimos, aún mantiene el estilo de vida heredado de sus ancestros.
Se trata del poblado indígena Añú, rostro de extraordinaria belleza natural y cultural.
Esta tribu se reúne en la comunidad palafítica de Santa Rosa de Agua, en el norte de Maracaibo.

Santa Rosa de Agua es la región ideal para hacer ecoturismo ya que es poca la intervención de la industria dentro de la comunidad; además que, por fortuna de la naturaleza, esta alberga en su seno al bosque manglar más importante de la ciudad.
Al visitar este poblado no puedes dejar de disfrutar de la Estación Biológica Pueblos de Agua, un programa desarrollado por la Fundación Azul Ambientalistas en alianza con el Centro de Educación Popular Jesús Rosario Ortega. Ambas organizaciones crearon, con el apoyo de la comunidad, el primer parque comunal de manglares, Tierra de Sueños.
Esta iniciativa se realizó con el objetivo de proteger el bosque manglar, de aproximadamente 130 hectáreas. En él podemos disfrutar de túneles naturales con árboles de manglar de hasta 40 metros de altura, de caminos que bordean la parte costera del Lago de Maracaibo, y de un puente peatonal construido con madera reciclada que nos permite atravesar la zona del manglar rojo.
Otra atracción del parque es el Campamento Ecológico Antonio Morán, lugar donde el pirata Henry Morgan desembarcaba para realizar sus atropellos en el siglo XVII; y donde, dos siglos después, se peleó la Batalla Naval de Maracaibo.
También puedes disfrutar de este recorrido sobre el agua, en lanchas, con la Ruta del Manglar, distribuida en cuatro paradas.
Inicia en el muelle de la Estación Biológica Pueblos de Agua. La primera parada es a 50 metros del muelle, para contemplar el conglomerado de palafitos habitados por los añú. La segunda parada es frente de la comunidad pesquera Capitán Chico. La tercera etapa del recorrido es adentrarse en los manglares. Y la cuarta, disfrutar de la tranquilidad que refleja la bahía del Bosque del Manglar.
De regreso al poblado, puedes visitar sus restaurantes sobre el agua que te ofrecen una exquisita gastronomía en un ambiente que, probablemente, no encontrarás en otras partes del mundo.
Es en definitiva un lugar hermoso para visitar.