Uno de los mayores íconos neoyorkinos en
cuanto a tradición navideña se refiere es el Árbol de Navidad del Rockefeller
Center.
Esta tradición tiene sus orígenes en la
época de construcción del Rockefeller Center. En Navidad del año 1931, quienes
trabajaban en su construcción plantaron un pequeño pino y lo decoraron con
guirnaldas de papel.
A lo largo de los años la tradición ha
ido creciendo, y con ella el tamaño del pino que hoy supera los 20 metros de
altura, lo iluminan unas 30 mil luces de colores, y por supuesto, el toque final,
la estrella de cristales de Swarovski que lo corona.
Hoy en día una multitud de personas
espera con ansias el encendido de este árbol, que se celebra el primer
miércoles luego del Día de Acción de Gracias, dándole así la bienvenida a la
Navidad.
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